El documental: Edward Hooper posee numerosas puertas de entrada.
Ofrece un número importante de referencias pictóricas y cinematográficas. Las más de las veces entrelazadas.
La industria del cine y este pintor establecieron constantes influencias, mutuas. Esa suerte de circularidad abierta, creativa, es el nudo del documental.
Una suerte de vidriera donde podemos comprender, ver, aspectos ligados a la construcción del hombre en los campos comentados.
Reforzamiento de miradas, eco-admiradores, fomentan un viento en gran medida fatalista.
Triste, sin lugar a dudas.
Inundan la cotidianeidad de quien recibe la/s obra/s con elementos que son propio de la misma.
Una ida y vuelta en progreso.
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